jueves, 23 de octubre de 2014

Xenofobia Subdesarrollada



Si jugaríamos a hacer una lista de cualidades que engloban la difícil tarea de definir inteligencia, la lista sería larga, con atributos que actúan directa o indirectamente, con algunas trabas en el lenguaje que podrían presentarse en la conceptualidad de cada palabra elegida y sus sinónimos. Pero hay algo sobre lo que tengo más certeza, y es que la xenofobia, evidentemente es un antónimo de cualquier concepto que pueda incluirse como componente de la inteligencia humana.

Debo reconocer que existen ciertos atenuantes, por lo menos si observamos la jurisprudencia: a lo largo del desarrollo antropológico, e incluso en el día a día, vemos que la xenofobia es un virus que ataca a personas de todas las clases sociales y de diversas raíces, y que incluso sucede en casos donde en ciertos aspectos tales personas no parecen a simple vista tan imbéciles. De lo que extraigo, que el virus de la xenofobia tiene la curiosa particularidad, de alojarse en un cuerpo y actuar de tal manera, que el afectado no detecta los síntomas. Con el tiempo, la imbecilidad avanza, con lo cual es evidente que la ceguera también avanza, pues la disminución en el criterio se va haciendo cada vez más clara, y sin embargo, se mantiene invisible frente a la percepción del afectado.