Si jugaríamos a hacer una lista de cualidades que
engloban la difícil tarea de definir inteligencia, la lista sería larga, con
atributos que actúan directa o indirectamente, con algunas trabas en el
lenguaje que podrían presentarse en la conceptualidad de cada palabra elegida y
sus sinónimos. Pero hay algo sobre lo que tengo más certeza, y es que la
xenofobia, evidentemente es un antónimo de cualquier concepto que pueda
incluirse como componente de la inteligencia humana.
Debo reconocer que existen ciertos atenuantes, por
lo menos si observamos la jurisprudencia: a lo largo del desarrollo
antropológico, e incluso en el día a día, vemos que la xenofobia es un virus
que ataca a personas de todas las clases sociales y de diversas raíces, y que incluso
sucede en casos donde en ciertos aspectos tales personas no parecen a simple
vista tan imbéciles. De lo que extraigo, que el virus de la xenofobia tiene la
curiosa particularidad, de alojarse en un cuerpo y actuar de tal manera, que el
afectado no detecta los síntomas. Con el tiempo, la imbecilidad avanza, con lo
cual es evidente que la ceguera también avanza, pues la disminución en el
criterio se va haciendo cada vez más clara, y sin embargo, se mantiene
invisible frente a la percepción del afectado.
Los nazis, emblema racista del siglo XX, eran tipos
astutos, sin embargo no pudieron detectar el avance de la epidemia que los
liquidó. Los tipos con su astucia y se sed de poderes y ambiciones, se las
ingeniaron para dominar casi la mitad del mundo durante varios años, pero no
solo la xenofobia les potenció la imbecilidad en un tema directamente
vinculado, como que mientras perdían la guerra seguían invirtiendo tiempo,
dinero, y energías, en exterminar judíos, sino que además se lanzaron a caminar
por la estepa rusa en invierno… y adivinen?? Y si, obvio, se cagaron de frío!!!
Díganme si no es un ejemplo claro de que la
imbecilidad les consumió el criterio?? Y eso que además de creerse
inteligentes, eran altos, rubios y con unos ojazos tan celestes!
Pero por supuesto no es la trillada temática
holocautista la que me mueve a escribir estas líneas, más bien me veo
influenciado por cuestiones actuales y cercanas.
Como habitante del sur del mundo, asisto casi a
diario a alguna frasecita o algún gesto xenófobo de compatriotas y vecinos
míos, y aunque debido a la repetición el nivel de sorpresa debería descender,
no me acostumbro y no dejo de asombrarme:
Está claro que la educación que recibís es la
principal manera de incubar el virus, y el contacto en la casa, en la calle, en
la escuela, en el club, son factores de contagio social descontrolado, pero
digo, puedo considerar medianamente entendible, que un originario del Norte de
Europa sea xenófobo, tan pulcros y tan rubios y tan hipócritas en muchos sentidos,
pero al fin y al cabo con lejanía de los negros africanos o de los trigueños
sudamericanos, o de los petizos achinados descendientes incaicos… pero que un
sudaca argentino, nacido en el culo del mundo, tratado como ser humano de
segunda clase por la mayoría de los grandes imperios que toman decisiones
globales, tenga gestos xenófobos me parece increíble!
Y no solo hablo del barrio norte porteño (símbolo
de la hipocresía tercer mundista), también me refiero a seres que viven en el
conurbano bonaerense, allí donde nací, allí donde vivo, y allí donde crecí y me
eduqué, en este lugar, donde sé de sus carencias y sus limitaciones, donde hay
muchos hogares felices y abastecidos, pero también los hay de los que no
siempre ganan la batalla por tener un plato de comida todos los días… allí
mismo hay "humanos" nacidos de este barro, que livianamente tienen
gestos despectivos frente a negros, o chinos, o bolitas, o paraguas, o payucas,
o muchos etcéteras más… y estoy dejando de lado (por hoy) las barbaridades
clasistas-religiosas, para no ahogarme en un texto interminable.
Y así como puedo tener un poco más de
consideración, por los fucking racistas europeos o yankees norteños cabeza de
termo y alma muerta, también me queda un mínimo de entendimiento, para la clase
alta argenta, descendiente de la miseria facha campestre, analfabetos como los
gauchos pero que ni siquiera tuvieron la experiencia del trabajo, aún a ellos
les puedo guardar un atenuante, pero me exaspera la peor combinación: la clase
media xenófoba.
Sinceramente la clase media argentina merece en
muchos sentidos, el castigo que recibe desde sus inicios: ser atravesada por la
ignorancia y la pobreza espiritual, quedando así como se la ve ahora mismo,
plástica y descartable, infeliz y quejosa.
FAB / 20.octubre.2014
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