jueves, 23 de octubre de 2014

Xenofobia Subdesarrollada



Si jugaríamos a hacer una lista de cualidades que engloban la difícil tarea de definir inteligencia, la lista sería larga, con atributos que actúan directa o indirectamente, con algunas trabas en el lenguaje que podrían presentarse en la conceptualidad de cada palabra elegida y sus sinónimos. Pero hay algo sobre lo que tengo más certeza, y es que la xenofobia, evidentemente es un antónimo de cualquier concepto que pueda incluirse como componente de la inteligencia humana.

Debo reconocer que existen ciertos atenuantes, por lo menos si observamos la jurisprudencia: a lo largo del desarrollo antropológico, e incluso en el día a día, vemos que la xenofobia es un virus que ataca a personas de todas las clases sociales y de diversas raíces, y que incluso sucede en casos donde en ciertos aspectos tales personas no parecen a simple vista tan imbéciles. De lo que extraigo, que el virus de la xenofobia tiene la curiosa particularidad, de alojarse en un cuerpo y actuar de tal manera, que el afectado no detecta los síntomas. Con el tiempo, la imbecilidad avanza, con lo cual es evidente que la ceguera también avanza, pues la disminución en el criterio se va haciendo cada vez más clara, y sin embargo, se mantiene invisible frente a la percepción del afectado.


Los nazis, emblema racista del siglo XX, eran tipos astutos, sin embargo no pudieron detectar el avance de la epidemia que los liquidó. Los tipos con su astucia y se sed de poderes y ambiciones, se las ingeniaron para dominar casi la mitad del mundo durante varios años, pero no solo la xenofobia les potenció la imbecilidad en un tema directamente vinculado, como que mientras perdían la guerra seguían invirtiendo tiempo, dinero, y energías, en exterminar judíos, sino que además se lanzaron a caminar por la estepa rusa en invierno… y adivinen?? Y si, obvio, se cagaron de frío!!!
Díganme si no es un ejemplo claro de que la imbecilidad les consumió el criterio?? Y eso que además de creerse inteligentes, eran altos, rubios y con unos ojazos tan celestes! 


Pero por supuesto no es la trillada temática holocautista la que me mueve a escribir estas líneas, más bien me veo influenciado por cuestiones actuales y cercanas.
Como habitante del sur del mundo, asisto casi a diario a alguna frasecita o algún gesto xenófobo de compatriotas y vecinos míos, y aunque debido a la repetición el nivel de sorpresa debería descender, no me acostumbro y no dejo de asombrarme:
Está claro que la educación que recibís es la principal manera de incubar el virus, y el contacto en la casa, en la calle, en la escuela, en el club, son factores de contagio social descontrolado, pero digo, puedo considerar medianamente entendible, que un originario del Norte de Europa sea xenófobo, tan pulcros y tan rubios y tan hipócritas en muchos sentidos, pero al fin y al cabo con lejanía de los negros africanos o de los trigueños sudamericanos, o de los petizos achinados descendientes incaicos… pero que un sudaca argentino, nacido en el culo del mundo, tratado como ser humano de segunda clase por la mayoría de los grandes imperios que toman decisiones globales, tenga gestos xenófobos me parece increíble!
Y no solo hablo del barrio norte porteño (símbolo de la hipocresía tercer mundista), también me refiero a seres que viven en el conurbano bonaerense, allí donde nací, allí donde vivo, y allí donde crecí y me eduqué, en este lugar, donde sé de sus carencias y sus limitaciones, donde hay muchos hogares felices y abastecidos, pero también los hay de los que no siempre ganan la batalla por tener un plato de comida todos los días… allí mismo hay "humanos" nacidos de este barro, que livianamente tienen gestos despectivos frente a negros, o chinos, o bolitas, o paraguas, o payucas, o muchos etcéteras más… y estoy dejando de lado (por hoy) las barbaridades clasistas-religiosas, para no ahogarme en un texto interminable.

Y así como puedo tener un poco más de consideración, por los fucking racistas europeos o yankees norteños cabeza de termo y alma muerta, también me queda un mínimo de entendimiento, para la clase alta argenta, descendiente de la miseria facha campestre, analfabetos como los gauchos pero que ni siquiera tuvieron la experiencia del trabajo, aún a ellos les puedo guardar un atenuante, pero me exaspera la peor combinación: la clase media xenófoba.
Sinceramente la clase media argentina merece en muchos sentidos, el castigo que recibe desde sus inicios: ser atravesada por la ignorancia y la pobreza espiritual, quedando así como se la ve ahora mismo, plástica y descartable, infeliz y quejosa.
  
FAB / 20.octubre.2014

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