miércoles, 7 de enero de 2015

Música electrónica: humanizando máquinas




Al salir de casa, el portero me pregunta si esta noche me toca “trabajar” y me dedica una sonrisa cómplice, asiento con la cabeza, y mientras subo al auto disfruto de solo tener que llevar una laptop y un pequeño controlador o a veces solo un pen-drive, fueron muchos años de guitarrista cargando equipos, instrumentos y montañas de cables.
Ser Dj además de cambiarme algunas concepciones sobre la música, me regala una extraña relación entre horarios y actividades… ordené la heladera a las dos de la mañana, mientras buscaba dos pomelos para exprimir, los cítricos son recomendables para las noches largas.

Y fue larga la noche de viernes, e intensa, con una pista en movimiento desde antes que yo empezara y eso facilita mucho las cosas. Buen audio en el lugar, me sentí cómodo en la cabina, la gente bailó. Yo también.
    
Llego a casa con el sol bastante arriba. Tengo que trabajar de analista de sistemas dentro de un par de horas, tirarme a dormir me tienta pero ahora estoy desvelado, seguiré de largo y dormiré a la tarde. La oficina solo será hasta mediodía.

Cuando voy a escuchar música solo como espectador, me suelen atravesar varios viajes internos, el día, la música, la filosofía, la gente, los deseos, el tren, la comida, la vida, los afectos.
Cuando voy a poner música, no hay mucho margen para pensar mas allá de ella, y todas las demás cosas empiezan a aparecer después.
El silencio y el desayuno con medialunas apuntalaron mis ganas de escribir.