“Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta
abrir la boca para caer en ella” Séneca, Roma, año cero.
-“El mundial puede ser
utilizado para desviar la atención y que nos bajen la caña con decisiones
nefastas..” dice Francisco, el panadero, mientras me pesa 4 flautitas en la
balanza. Y cierra la idea proponiendo ignorar la cita futbolera de Rusia 2018.
-“Pan y circo” le digo
sonriendo de costado, pensando en la vieja receta del Imperio romano para
anestesiar a las plebes. Y concluyo mi reflexión en silencio …claro, este tipo
por su oficio sabe mucho de harinas.
Lamentando que las
flautitas tibias se van a enfriar para cuando las coma en sandwich dentro de
una hora, huyo caminando y silbando bajo, enfrentando la brisa fría de la
mañana en Castelar.
Y en el diálogo atemporal
tomo partido:
Por un lado, el presente
argentino ya está inmerso en decisiones nefastas, y de cierta manera la
anestesia funciona como si hubiera mundial todos los días desde hace (mucho más
de) 30 meses. Si llegamos nuevamente a donde estamos ¿fue por la conciencia de
los ciudadanos o por la carencia de ella? En definitiva ¿cuánto cambiará el estado
de adormecimiento cuando la pelota empiece a girar en Rusia?
Pues, como siempre, quedará
en el discernimiento personal el hecho de mirar el horizonte, por más que nos
detengamos a mirar 90 minutos de fútbol.