Que no piensen tanto en el resultado.
Nos gusta ganar, obvio.
Pero creo, que NO hay que ganar para disfrutar,
hay que disfrutar para ganar.”
Entre otras cosas eso decía Sergio “Oveja” Hernández, DT de la
selección argentina de básquet, al término del tremendo triunfo de semifinales
frente a Francia, una de las potencias, e
integrada por varios jugadores de la elite NBA.
Pero qué romántico el Oveja!, diría un resultadista con aire
peyorativo, sin detenerse en la paradoja, de que minutos antes había derrotado
con su equipo, justamente a Francia, cuna de Rousseau y una de las geografías
donde más evolucionó el Romanticismo entre los siglos XVII y XIX.