Mayo 2017. Fui a la plaza y había una multitud. La Corte
Suprema de “Justicia” amagaba con aplicar el beneficio del 2x1 a genocidas
sentenciados por crímenes de lesa humanidad.
Parecía absurdo que
apenas 30 años después, hayamos tenido que ir a la Plaza a decirle a nuestros
gobernantes, que no queríamos libres a los peores funcionarios asesinos de la
historia de la Nación.
Gritamos fuerte, cantamos, aplaudimos.
Hubo un soplo de criterio. La ley fue frenada. Volví a casa creyendo que serví
para algo.