-Así como no elegir, es estar eligiendo no elegir, tener que elegir entre Macri y Scioli, es no poder elegir.
Julio César termina la frase mientras revisa su billetera, para verificar si le alcanza para comprar frutillas, además de toda la compra que ya tenía en mente.
-pero hay otros candidatos, otras listas, dice Julieta, sonriendo e intentando un gesto de complicidad, repitiendo peyorativamente lo que dice Romeo, su socio en la verdulería y además su marido, que esta vez se aguantó de contestar y siguió acomodando las naranjas recién llegadas.
Julieta coincide con Julio César en eso de que el resto de los candidatos, son menos que el relleno de utilería de las tortas que se exhiben en la vidriera de la panadería. Pasan los días y los meses, y las mismas tortas siguen brillantes en el mismo estante. Algunos ya se dieron cuenta que tienen una gruesa capa de laca impermeable, y comerlas sería un atentado contra sí mismo. Casi como el autoatentado de votar a los de relleno. O lo que es peor, como votar a cualquier candidato.
-Y entonces, qué? dice Romeo. – A alguien tenés que votar!
-Pues, ni puta idea, responde Julio César. Y mientras examina minuciosamente el cajón de mandarinas criollas, le brota un gesto de desidia y dice que no le interesa.
Aunque un segundo después, extiende la idea,
-la verdad no es que no me interesa, lo que me pasa es que me interesa poco, y cuando veo el escenario, los nombres, las historias de esos nombres, la historia reciente y la de un poquito más atrás, no me cierra nada con nada, y se me va el interés en pocos minutos.
-Yo estoy preocupada, agrega Julieta,
Coincido con vos, estos tipos son nefastos, y todo el resto no existe, pero alguno va a ser presidente, me angustia no sentirme representada por alguien.
Jajaja, se ríen todos… la ironía de asociar las hormonas femeninas con la angustia fue charla de la semana pasada.
El primero que deja de reír es Romeo, idealista y verdulero, lanza reflexión:
-Si, tal cual, no te puede no interesar la política, la política nos toca a todos, interviene en tu vida aunque no quieras.
Julio César sigue sonriendo, y aunque ya pagó y está con la bolsa de pomelos en la mano (y pesan!), Romeo y Julieta le caen bien, así que su calidez le tira de la lengua, entonces Julio César responde:
Querido Romeo, ¿sabes la cantidad de cosas que nos tocan a todos, que intervienen en nuestras vidas, y que sin embargo no se abren a debate público?!! quizá porque no nos corresponde, o quizá porque no sabemos o porque ni nos planteamos si deberíamos saber.
Si hay una epidemia de algún virus mortal, aunque estemos todos en riesgo, serán médicos o científicos quienes sugieran lo que hay que hacer, no vos que sos verdulero!
Querés que hable en serio? Pues hablemos en serio…
Julio César se puso verborrágico, y no lo frena ni el peso de la bolsa llena de cítricos, ni el miedo a que se le aplasten las frutillas.
… se acomoda en el mostrador y continúa…
-El versito de que la política nos incumbe a todos y por ello todos tenemos que intervenir, me aburre, fundamentalmente porque me aburre la política, y porque ese versito sustenta el aura de importancia que los propios políticos necesitan darle a su juego.
- Pero no me digas que la política no es importante, Julio! Interrumpe Romeo, y exagera un poco la exhalación del aire contenido.
-No digo que la política no es importante -continúa Julio-, lo que digo es que hay muchas otras cosas importantes, y no por ello se le hace creer a la masa de que su opinión es imprescindible y que debe participar.
La política es imprescindible para los políticos que viven de eso y son ellos los que fogonean lo de repetir hasta el infinito la pseudo-verdad establecida de que la política nos debería interesar a todos.
Julieta, piensa en poner la pava y observa el diálogo en silencio, mientras se acomoda en la silla con una revista en la mano, aunque hace largos minutos que no le hecha un ojo.
-Chamuyo gente, mucho chamuyo, -sigue Julio- y un chamuyo por más que tenga mil años, seguirá siendo un chamuyo.
¿Desde cuando es importante para el desarrollo de algo, la opinión de alguien que no sabe nada de ese algo?… eso es lo que plantea el escenario político y el voto obligatorio, que todos participemos, que todos opinemos, aunque no tengamos ni puta idea… Es absurdo!!
-Si vos crees que estoy poniendo en duda el cimiento de la democracia, te diría que en relación al concepto de igualdad en el presente, de cierta manera sí, pero eso sería aún más largo de charlar, por eso me detengo antes, lo que digo es que, estamos inmersos, por ejemplo, en códigos éticos y morales, incluso sobre esos códigos éticos y morales, se sustenta la propia política y todas las relaciones sociales e intercambios entre seres humanos… y sabes qué?? No veo ninguna votación para elegir como se construye el código de ética humana… ¿cada cuanto son esas elecciones?????
-En esas votaciones me gustaría participar, ojo, tal vez si se plantean campañas de reformulación de éticas, habría gente que diría: “nooo, eso me aburre”
Pues que participe quien quiera participar ;)
Mi detalle personal, es que creo que los cambios reales y profundos que el sistema necesita, no vendrán desde la política. Por ello es que no me interesa participar.
Pienso que la estructura política es uno de los principales problemas que tenemos, y que el cambio necesario no vendrá desde allí dentro, porque justamente la estructura del jueguito está bien pensada para que el juego perdure sin cambiar, para que ganen los jugadores más astutos y el resto se entretenga con el espectáculo. Una especie de circo en el que unos pocos sacan beneficio, y el resto mira, y lo peor es que te obligan a mirar!!! Jajaja… Es puro morbo Romeo, puro morbo.
Romeo, sigue sintiendo que alguna vez habrá políticos en quienes se pueda creer, pero de todas formas se detuvo en el ordenamiento de naranjas, y tiene ganas de que Julio cierre la idea.
Y Julio sigue, como lanzado a correr por una pendiente muy inclinada, parece que no puede detenerse…
- El tema de las paso es muy obsceno, hasta hace poco las elecciones eran internas, solo votaban los militantes, los interesados en cortar la torta… ahora también son obligatorias para todos, y nos dicen todo el tiempo que tenemos que participar… y le tenemos que hacer el juego a candidatos que ni conocemos, a ver si le llegan dos votitos más y eso le suma para una sillita más grande en la próxima elección, y bla bla bla… buhh, es el juego de ellos!! de los que comen de eso. Y lo más triste es que solo interesan los números, a la esencia del juego no le importa los contenidos.
Por cada elección se pone en marcha una hipermovida gigante (con gasto incluído) para abastecer el jueguito de los realmente involucrados, que son muy pocos man, creeme que son muy pocos.
- y entonces qué, Julio? Dice Julieta, realmente te da lo mismo votar o no votar.
-Sigo con el ataque de sinceridad, dice Julio.
La verdad voy a votar porque en general prefiero ajustarme a la ley, jaja. Es obligación votar entonces voy a votar. Y trato de votar al que me representa, fiel al espíritu griego de la democracia. Lo que sucede es que en las elecciones que participé en mi vida, pocas veces sentí que alguien me representaba, entonces voté en blanco.
- ahí está!, dice Romeo. Y terminas dejando ganar al que no te representa, ves que vos te la pasas haciendo cagadas con tu discursito … jajaja
-Jajaja, y bueno –responde Julio- yo solo soy un ciudadano, y está claro que siendo apenas ciudadano pocas veces te toca ganar jejeje
Pero se pone un poco mas serio y continúa:
-si solo me interesaría ganar, en lugar de poner un voto, iría a la Casa Rosada con un tanque y me pongo de presidente…
-mientras sonríe de nuevo, continúa- pero dejá, para ineptos cabeza de termo, ya tenemos a los militares.
- jajaja, bueno, dice Julieta, cuidado que ahora a los candidatos se les da por poner uniformados en las campañas.
- tremendo, dice Romeo, yo se que en el pueblo solemos comernos buzones, pero creer que alguna vez los uniformados solucionaron algo?! Me suena demodé, y encima me recuerda momentos tristes.
- mejor ni lo digas, completa Julio.
Te dejo tranquilo ordenando la fruta, y te digo que no me parece mal que creas, está buenísimo creer.
Yo también creo que se pueden mejorar las cosas, y de hecho confiando en eso empiezo cada día, tratando de crecer haciendo lo que está a mi alcance. Solo que pienso que no será con política, en todo caso le dejo la política a los que les interesa o al menos los entretenga, yo paso.
FAB
31.julio.2015
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