"Todo está clavado en la memoria" dice León con un bello vuelo poético.
Pero el hecho de que en esta plaza, repudiando la dictadura más sangrienta de la historia argentina, no haya presencia del oficialismo -una presencia real y con convicción-, siendo un oficialismo elegido por el pueblo, habla de que tenemos una pésima lectura de la historia.
Habla de que poco pudimos extraer de lo que la memoria nos muestra.
Habla de que es imprescindible que aquellos que les creemos a los poetas, hagamos lo que está a nuestro alcance, para diferenciarnos de los oscuros.
Habla de que aunque sea una triste regresión sobre un tema que creía superado, personalmente asuma mi exigencia ética de exhibir en alma -y si es posible en cuerpo- que siempre estaré en la vereda de enfrente de un genocida, que no existe razón justificable para torturas y violaciones, y que tanto aquellos que las ejercieron como los que hoy los defienden, tendrán por siempre mi humilde, íntegro, y profundo desprecio.
Hace 41 años hubo un Golpe militar apoyado por civiles, de esos civiles es de los que hoy tenemos que estar más atentos a cuidarnos.
Alguien me dijo una vez, que si la poesía no es una verdad absoluta, al menos es la expresión de deseo más cercana en la pugna por convertirse en ella.
"Todo está clavado en la memoria"
Arriba ese deseo.
Y la vida.
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