lunes, 21 de octubre de 2013

(Campaña política 2013) CONJUNTO VACÍO



A pesar de querer mantenerme al margen del mundete político, en época de campaña, es tal el caudal de información que sobrevuela el ambiente, que es imposible no olfatear ese aire nauseabundo. Como doblar una esquina y ligarse un sorpresivo sartenazo en la cara, el bombardeo publicitario ataca desde todas direcciones.
Imposible no escuchar, acto seguido, casi imposible no reflexionar mínimamente al respecto. Y en ese instante me encuentro, naif, básico y temeroso a ser redundante.

Los speaches políticos parecen haber sufrido una especie de congelamiento en alguna capa de hielo que data de la prehistoria.
Sus formatos no se han enterado ni siquiera de la tecnología que invade el siglo XXI. En momentos donde hasta un pre-adolescente accede a un teléfono o una laptop, edita imágenes y graba sonidos con simples herramientas de alcance doméstico, veo en TV y escucho en radios importantes, promos de campaña con tal nivel de amateurismo, que me preocupa. Pero no me preocupa porque me interese escuchar a un político con un audio digno y me deprima escucharlos grabados a través de una lata con piolines, lo que me preocupa es que no les importe, porque en el fondo, lo que no les importa es lo que dicen. 

Dejando de lado los formatos, y poniendo un poco la oreja en los contenidos, escucho a los candidatos dirigiéndose a los ciudadanos como si fuéramos berenjenas en escabeche, sus discursos son tan obscenamente peyorativos hacia los oyentes, que ya he arrancado de varios diccionarios la hoja donde aparece la definición de “vergüenza”, temiendo por si alguna vez alguien la lea, y se deban interrumpir las elecciones… y así como si cayera un meteorito, todos correrían alocados, tirándose de los pelos… la desestabilización se apoderaría de los corazones desconsolados, y como dice el Wasón en el Caballero Oscuro: “uyyyy! una semilla de anarquía” y el caos completo de la desesperación….       
Pero no! No quiero que eso suceda, por tal motivo, dejemos en el freezer el concepto de vergüenza, pero en este caso no como el congelamiento de las obsoletas y trilladas herramientas de campaña política, sino, guardado y embalado sin abrir, en alguna estantería de objetos ignorados.

Sin ahondar en la repulsión, quiero detenerme a pensar las cosas desde un lugar optimista, recurro a la matemática de conjuntos, que con tanta calidez me transmitieron las maestras de la primaria, y digo:
Me niego a pensar que todos estos tipos, que dicen semejante cantidad de imbecilidades queriendo convencerme de que los vote, sean todos mentirosos despreciables. Sigue mi aire positivo y me trato de convencer de que por mas que pensemos que los de esta especie son mayoría, no todos están amputados de ética e integridad… entonces, los elimino del “conjunto candidatos votables", y avanzo...
¿Quienes me quedan? Pues los que quedan son los que realmente creen en lo que dicen, y realmente confían en que sentándose en una banca legislativa, pueden aplicar las ideas que esbozan en sus discursos y en sus publicidades, para hacerle un bien al Estado, a las Instituciones y a la gente… digo, genial!!! Estos son los que necesito. Pero un instante después, repasando sus propuestas y sus métodos de acción, no puedo ignorar lo que es evidente: si creen en eso que dicen, lo que dicen es tan absurdo, tan chiquito, tan liviano, que a pesar de su buena voluntad, su ingenuidad e ineptitud los haría nefastos representantes de un pueblo.
Opero matemáticamente, y no me queda otra acción posible, también debo eliminarlos.

Miro el conjunto vacío, y pienso en que si me interesara la política, me sentiría frustrado, indeciso, menospreciado, poco respetado, y con un escenario desalentador.

Por suerte, por influencia de alguna sabiduría azarosa que en algunos momentos ilumina los estímulos recibidos, hace mucho tiempo ya, que mis intereses, mis desafíos, mis deseos, y mis debilidades, tienen un horizonte distinto.

Simple, si buscamos la belleza de las cosas, busquemos donde hay chances de encontrarla, …y adivinen!!: el conjunto de horizontes posibles es infinito.
Más que suficiente para hacerme sonreír.

FAB / Bs as / octubre 2013

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