jueves, 5 de junio de 2014

El fútbol es verdad?



A veces me divierte el juego de encontrar verdades que en realidad no son tales.
Tal vez un vicio cartesiano que me quedó de mi amateur coqueteo con la filosofía, pero sabemos que en el rubro opinadores de fútbol, somos todos profesionales, así que me animo al desafío de barrer paradigmas implantados por opinólogos y eruditos en esta materia sobre la que todos saben: fútbol.

“Los equipos se arman de atrás para adelante”… no se quien lo dijo, no se si hay patente al respecto, pero acá me planto a tirarle piedras a semejante pancarta con olor a rigurosa rectitud, que podría salir casi por inercia de la misma boca que dice “la juventud confunde libertad con libertinaje” o “mejor malo conocido que bueno por conocer”
Basura engominada.

Debo confesar que en algún momento de mi vida, lo creí. Me comí el versito de que los equipos se arman cuidando primero que no te hagan goles, para luego, poder pensar en ganar.

La pasión por los colores me atraviesa, pero el placer de ser espectador futbolero me atraviesa todavía más, y hacia fines de los ’90 empezaron a hacerme ruido esas verdades que le daban tanto privilegio a las defensas. La vida empezó a darme muestras evidentes de que el miedo a perder, es el camino más directo para no ganar.

Cierta buena relación con los sistemas informáticos, me calma un poco el instinto para no renegar del todo de tanta sistematología; pero la vida, la filosofía, el amor, el arte, el aire, el sol, el mundo, el fútbol, enseñan de manera muy clara que el nudo de todo está en las personas, y en segundo lugar, en las ideas de las personas, y que los sistemas, vienen un paso detrás de eso, entonces no fue difícil llegar a la conclusión que me ha quitado el contrariado ruido interno: los equipos se arman de atrás para adelante, siempre que no tengas una idea mejor, o cuando no tengas personas que puedan ejecutar una idea mejor.

Yo amaba a los holandeses, por más que no hayan sido nunca campeones mundiales. Amaba su manera de mirar el arco de enfrente con despiadada convicción, pero no voy a negar que a veces dudaba de si el romanticismo me estaba nublando los ojos… todos los profesionales de la opinión hablaban del resultado, y todos los mezquinos del balón, ganaban todos los campeonatos importantes que se jugaban en Argentina y en el mundo. “Los equipos se arman de atrás para adelante!!” se gritaba en los debates de café, ¿y quien sería yo para desmentir semejante verdad irrefutable?

El aire fresco que le llegó al fútbol mundial en el nuevo milenio, de la mano de Pep Guardiola y su Barcelona de ensueño, me dio el empujón que me faltaba. Para colmo, el azar me llevó a vivir un tiempo en tierra catalana, y este equipo me dio la actualidad, me sacó de la teoría y me brindó la realidad de cada domingo. Ya basta de versitos repetidos, como dice Herman Hesse “no confundir lo habitual con natural” … que “los equipos se arman de atrás para adelante” como regla rigurosa y absoluta, lo único que tiene de absoluto es su escasez de belleza. Fucking mezquinos, repetitivos y mentirosos. Los equipos se arman de acuerdo a las personas que tengas para armarlos, en ideas y en ejecución.

Y como ya volví a la tierra del mate y el tango, y como estamos en vísperas de un nuevo mundial, que a todos nos moviliza como si fuera un desafío personal, en el que se juega el honor y la dignidad de cada uno de nosotros, me detengo un segundo a pensar en los tipos de camiseta celeste y blanca, que saldrán a representar a los que alguna vez pateamos una pelota en este rincón del mundo… y digo:

“¿los equipos se arman de atrás para adelante?”
-las pelotas!

Con Messi, Agüero, Higuaín, DiMaria… es absurdo pensar que el equipo se arma de atrás para adelante, el equipo se arma a partir de estos nombres y de estas cualidades humanas que describen un perfil. Hagamos algo para rodear a estos tipos que juegan de mitad de cancha para adelante.

Verdades absolutas, ahóguense en el café, en este caso miraremos primero el arco de enfrente… se podrá ganar, se podrá perder, pero vayan a llorarle sus versitos grises a la tumba del gran René Descartes, porque es evidente que no son verdad.
Y lo digo antes del mundial, por si el azar y el talento se sintonizan y volvemos de Brasil con una alegría celeste y blanca, para que algún desprevenido no piense que lo digo porque el resultado acompañó.

FAB / abril 2014

-publicado en (sports) www.zonova.net-


No hay comentarios: