Sí, puede ser que Evo se haya equivocado en forzar una nueva candidatura
cuando no estaba permitido. Punto, hasta allí todo lo reprochable.
Pero nada justifica un Golpe de Estado, y muuucho menos con semejante
violencia. Las democracias tienen sistemas para juzgar todo lo que Evo hizo
mal. Discutirlo, debatirlo. Juicio político, un Congreso activo, etc etc.
A partir de acá, los excesos.
Incluso en la información tergiversada: se
habló de fraude, y se comprobó que era una falacia. Evo fue votado por la
mayoría de su pueblo, un detalle no menor cuando se habla de que usurpó el
poder. Un presidente votado por la mayoría, evidentemente no es un usurpador.
El absurdo comunicado de la OEA hablando de irregularidades en el conteo
de votos, y los medios opositores de alcance mundial, replicando eso
inmediatamente como FRAUDE: las presuntas irregularidades hablan del 0,22%, un
chiste decir que hubo fraude en el 0,22% de los votos. Insostenible.
El otro detalle, es que el Golpe se lo dieron, no en el próximo mandato
supuestamente viciado de nulidad. El golpe sucedió ahora, en el actual mandato
que duraba hasta 2020.
Hasta aquí el relato informativo.
Pero ahora pensemos qué leemos de toda esa info:
En primer lugar, lo que rompe los ojos de la evidencia, es la violencia
del accionar de las fuerzas armadas, impulsadas por un sector de la sociedad
civil, que claramente quería bajar a Evo del poder, y que es gente poderosa.
Bolivianos y extranjeros, que poseen la capacidad de mover los hilos de una Nación, para que esto
suceda.
Es la misma historia de los '70. El mismo mecanismo, salvo la diferencia
tecnológica de las comunicaciones.
Los meses o años que se demoró en conocer lo qué pasó en las dictaduras
de los '70, ahora se conoce de inmediato en las redes sociales.
Hay otro detalle diferente, en los '70 los dos bandos estaban armados.
La guerrilla y las bombas estaban presentes en casi todos los grupos
revolucionarios o disidentes de América Latina. Le dieron excusa a los militares y a los Estados dictatoriales, para
responder con excesos inescrupulosos, violencia y muerte.
Pero ahora vemos que esa sed castrense de accionar con violencia y
armas y asesinatos y torturas, está siendo saciada más allá de lo armado o
desarmado que esté, quien piensa distinto y se pone enfrente.
Duele que esto vuelva a pasar, duele por esas personas. Son
personas las que mueren, las que están heridas, las que sufren por la muerte
cercana. Y son personas desarmadas, a las que se sentencia, por cometer el
terrible acto de votar a un presidente que les dio bienestar. Por este pecado,
ahora mismo, mientras yo escribo y mientras vos lees, estas personas están
siendo masacradas.
En las calles de Bolivia hay una guerra curiosa, una guerra donde un
bando masacra a otro, simplemente porque un bando tiene armas y el otro no. Y
todo ello en la más absoluta impunidad. Ni siquiera en una pelea de barrio,
entre dos personas, esto pasaría el más mínimo examen ético.
Sin embargo, esto está sucediendo ahora mismo, bajo el amparo y
complicidad de las organizaciones internacionales, y con el respaldo espiritual
(silencioso) de la nefasta institución milenaria llamada Iglesia Católica.
La imagen de un Golpe de Estado con estas características en pleno siglo
XXI de por sí es bastante bizarra, además de triste. Pero encima perpetuado por
personas con biblias en la mano, al grito de consignas católicas, lo hacen
todavía más bizarro y da síntomas de que el retroceso no solo es de algunos
años o décadas... viajamos 5 siglos para atrás, para sumergirnos en temporada
medieval, llena de oscuridad, xenofobia, violencia y muerte.
El primer decreto del nuevo gobierno boliviano, que vino a salvar la
democracia, es eximir a los militares de responsabilidades penales, o sea,
darle licencia para matar.
Dan mucha risa (y tristeza y pena despreciable) los que todavía quieren negar que esto se trata de un
Golpe de Estado.
Se podría tomar como inquietante que todo suceda tan cerca. Argentina es
un polvorín ideológico.
Por la falta de memoria que a veces muestra el pueblo argentino. Por la
falta de criterio del sector civil que no soporta perder elecciones, y
acrecienta el odio y la grieta frente a los que votaron diferente. Por la falta
de criterio y de límites del sector militar, que en los últimos 4 años de
gestión, se vio respaldado por un gobierno que le dio un guiño a la dictadura,
desde los funcionarios hasta los medios masivos de comunicación, que históricamente ocultaron
los excesos y apoyaron a esas dictaduras.
Pero no vamos a inquietarnos, porque hay todo un pueblo mayoritario, que
sí tiene memoria, y que sabe que la salida nunca será golpear las puertas de un
cuartel.
Que imbéciles hay en todos lados, y que Argentina no está exenta de eso,
pero que es una obviedad extrema, que puedas disentir con el presidente que ha
ganado las elecciones, pero que ello no te lleve a pedir un Golpe de Estado.
No que no vas a ser taaan imbécil, no?
FAB / 20 de noviembre 2019
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